En el rincón más ardiente del infierno,
una diabla rubia despierta mi gobierno.
Con piel de seda y ojos de fuego,
su picardía desata mi juego.
Alta y esbelta, en su trono seduce,
su risa traviesa mi alma traduce.
Con chispa en cada paso, conquista sin tregua,
su encanto infernal me lleva a la entrega.
Con ella, el pecado se vuelve un arte,
su gracia y su astucia me invitan a parte.
Mi diabla favorita, mi musa y mi encanto,
en su hechizo me pierdo, sin remordimiento ni llanto.
@Abrahel23